
El control de la motricidad fina es la coordinación de músculos, huesos y nervios para producir movimientos precisos.
Los problemas del cerebro, la médula espinal, los nervios periféricos, los músculos o las articulaciones pueden todos deteriorar el control de la motricidad fina. La dificultad para hablar, comer y escribir en niños se debe a dicha motricidad.
La motricidad fina comprende todas aquellas actividades de los niños que necesitan de una precisión y un elevado nivel de coordinación, que son requeridos especialmente en tareas donde se utilizan de manera simultánea el ojo, mano, dedos.